
El día que al respetado y premiado reportero gráfico Carlos Capella lo llamaron de parte de Carnaval SA para indicarle que sería galardonado en el marco de los premios Ernesto McCausland, se le ha quedado en la memoria como si hubiera apretado el obturador de su cámara.
El instante quedó fotografiado con todas las luces y sombras, matices, colores y luz de lo que ha sido una carrera de más de 40 años capturando para siempre la historia no solo de las carnestolendas, sino de muchos instantes únicos del deporte, y la sociedad colombiana en su conjunto.
Ana María Osorio, jefa de comunicaciones de entidad, lo llamó para darle la buena nueva y como no podía ser diferente, al llegar a su oficina en la Gobernación del Atlántico quiso sorprender a todo el mundo con la buena nueva.
Sus intenciones quedaron como un rollo velado por la luz del sol: en nada.
“Me llamaron de Carnaval, y bueno me dijo que habían decidido darme el Vida y Obra. Me alegré muchísimo. La sorpresa que me llevé fue que cuando llegué a la oficina al primero que vi fue Álvaro Oviedo y le dije que me habían llamado. Él se rio y me dijo ‘ya sé’. Luego le comentó a otra muchacha en la oficina y se rio, y me dijo ‘ya sé’. Todos dijeron que ya sabían. Fui el último que me enteré”, recordó.
Oviedo, otro veterano periodista, fue incluso quién envió la hoja de vida de Capella a la entidad para que fuera analizada. Días más tarde, estaba en la gala con un enorme turbante de Congo, posando ante los flashes que generalmente él dispara.
“Fue una ceremonia muy emotiva, me emocioné muchísimo”, admitió.
Capella ha capturado con su lente muchas imágenes que en ojos de otras personas no hubieran pasado de simples retratos, en vez de obras periodísticas.
Admite que su secreto es ver más allá. No solo del momento, del personaje, sino de su mismo trabajo.
“Veo muchas fotos de fotógrafos internacionales. Me gustan muchos los primeros planos, por la forma de abordar los temas gráficos, más íntimos, contando a la persona. Cuando la gente ve una foto de ese estilo siempre me dicen: esta parece una foto de Capella, eso es lo que quiero lograr”, explicó.
Para Capella, que viene de la vieja escuela de la película con tomas limitadas, cada disparo de la cámara debe tener un fin, artístico y narrativo. No es como el pescador que tira la red a ver qué cae. Es más bien un cazador, con una sola bala en el cañón, siempre despierto para no fallar.
“Sobre todo, en Carnaval. No hago fotos por hacerlas. Trato de hacer fotos diferentes, de estudiar con detalle antes de ir para saber de qué es lo que voy a fotografiar, por ejemplo, muchos se enfocan en los arlequines que lancen fuego, pero ellos tienen otras cosas. Trato de imprimirle ese sentimiento, tomo las castañuelas, las espuelas, y así hago con todos los temas”, detalló.
Ya con el Vida y Obra en la vitrina, Carlos Capella se sinceró con Acord Atlántico sobre qué consejo le daría hoy en día, luego tanta agua pasada debajo del puente, al Carlos Capella que apenas arrancaba en este viaje.
“En ciertos eventos, haber estudiado un poco más las situaciones. Haber seguido estudiando mucho más. Me hubiera gustado una maestría que en ese tiempo era más difícil. Incursioné en la docencia, estuve un año y medio trabajando en la docencia y me gustó mucho. Quiero prepararme para seguir siendo docente en algún momento”, dijo.
Finalmente, él que es reconocido por ser una de las mejores lentes del boxeo colombiano, apunta hacia ese deporte para su próximo gran trabajo. Será una exposición donde mostrará lo más destacado de su trabajo.
“Tengo un tema de hace muchos años sobre boxeo, algo que se titulará ‘El boxeo: anhelo de muchos, triunfos de pocos’, o algo por ese estilo. Cuando he salido de Colombia, tomé fotos en muchos gimnasios, de muchos boxeadores y entrenadores. Estoy haciendo una recopilación y se la daré a un curador para que la publique. Yo ya hice un avance y la mandé a un concurso en Europa hace 10 años, tengo 15 años en eso. Ya llegó el momento de decir: ‘ya punto final’. Ahora voy a escarbar en mis archivos para armar una buena recopilación y contar la historia que quiero”, cerró.