*Con su trabajo grabado con la cámara de un celular, ganó la primera edición de la categoría video.
El manizaleño Alejandro Marín utilizó las nuevas tecnologías para darle alas a una de las más antiguas normas del periodismo, contar la historia cuando se aproveche la oportunidad.
Por su visión y gracias que aprovechó la oportunidad se convirtió en el primer ganador de la categoría video, en el marco de la segunda edición del Premio de Periodismo Tecnoglass – Fabio Poveda Márquez.
En su relato, de 23 minutos y 50 segundos, plasma la incipiente vida, cargada de aventuras y aspiraciones del niño caldense, Juan Manuel Pineda Ossa, que impresiona en el fútbol aficionado europeo con su calidad.
“La historia sobre este trabajo, es el sueño de un manizaleño en el viejo continente, específicamente a Budapest, Hungría, donde reside un primo mío que labora en la Cruz Roja internacional, apoyando labores humanitarias”, explicó Alejandro a Acord Atlántico.
Es una historia que nace del seno familiar, conjurando la máxima de que un periodista jamás se queda sin recursos y que toda historia con profundidad humana debe ser narrada para inspirar a los demás.
“Es el hijo de mi primo, que ha sido futbolista desde muy pequeño, aquí en Manizales. La condición para que él viajara es que hubiera en Budapest una muy buena escuela de fútbol en que el niño pudiera seguir desarrollando su habilidad. Se encontraron nada menos y nada más con la escuela del Barcelona FC, visitaron la academia, les gustó la metodología de entrenamiento y ahí el niño ya dio el sí para irse para Europa”, comentó.

Inicialmente, el viaje de Alejandro Marín a tierras húngaras iba a ser meramente casual, Unas vacaciones, si se quiere ver así.
Pero en su maleta viajera llevó unos micrófonos de solapa. Es que un periodista nunca sale a ningún lado sin estar dispuesto a encontrar una historia.
“Yo hice el viaje con los micrófonos de solapa, uno como periodista siempre tiene la vena y las ganas de producir algo, si se da la posibilidad. Resulta que Juan Manuel tenía la esperanza de que su equipo fuera seleccionado para viajar al Mundial de las Escuelas de Fútbol del Barcelona, pero ellos no lo tenían confirmado”, dijo.
No lo había visto jugar desde hace muchos años y dijo que lo tenía que analizar. Llegó en febrero y el pequeño cumplió los 14 años. Inicialmente iba a hacer una nota de dos minutos en un medio nacional.
Pero el niño le mostró un nivel impresionante. Dijo que lo “descrestó”.
“Dentro del equipo es un líder. Es diferente verlo en cancha que verlo por los videos que manda la familia. Me di cuenta de que daba para más que una nota, se me activó la vena periodística y compré los tiquetes para ir a Barcelona”, afirmó.
Además, reveló la conexión intima del protagonista con sus raíces, el dedazo de Colombia y su fútbol que nunca lo abandonará.
“El pelao es hincha a morir del Once Caldas, cuando estaba acá casi no faltaba a los partidos. Él tiene las camisetas allá, sacos, chaquetas y todo eso. Entonces contarle a la gente que hay un hincha en Europa, con esa proyección deportiva”, expresó.


Para Alejandro su audiovisual tiene dos grandes enseñanzas:
“La moraleja es para los niños que han visto el reportaje, porque los papás me han contado, es absolutamente inspirado ver lo que un niño puede lograr si se lo propone”, ajustó en primer lugar.
Al tiempo, añadió que los padres están para darle las a los sueños de sus hijos.
“Hay muchos que pasan por lo mismo, viajan sus papás, cambian de residencia y no se les da continuidad en su proceso. Yo creo que la moraleja es ponerlos a soñar y saber que las oportunidades siempre van a estar ahí si se trabajan por ella”, completó.
Y además, una reflexión más que probada sobre el oficio del periodismo.
“Así uno esté en un viaje, de vacaciones, hay oportunidades que un periodista no puede dejar pasar. Sobre todo, esta historia fue grabada toda con un teléfono celular, para los videos, las fotografías y parte de la edición”, detalló.
El periodismo lo lleva en la sangre


Alejandro Marín es egresado del ya extinto programa de Comunicación de la Universidad de Caldas, del cual solo salieron dos promociones. Es especialista en gerencia empresarial y con más de 20 años de carrera asegura que nunca ha dejado de aprender
“Vienen nuevas generaciones, con nuevos conocimientos. No nos podemos quedar atrás”, afirma.
Y es que él sabe lo que es llegar con la juventud al medio, pues empezó a los 8 años cuando su papá le abrió el micrófono.
Su progenitor no es otro que el ampliamente reconocido y premiado periodista Duván Marín, una de las voces y plumas más respetadas de los medios caldenses.
Desde ese momento tuvo un recorrido por diferentes medios y organizaciones, manejando la gerencia del Canal Une de Manizales y ha recibido múltiples nominaciones en premios nacionales de periodismo, ganando el Premio Nacional de Periodismo Ciudad de Manizales de 2012, además de diferentes reconocimientos por instituciones de Caldas.
“Este contenido fue presentado gracias al programa la Hora del Fútbol por parte del periodista Acord Jorge William Sánchez Gallego, que nos dio la oportunidad. Tanto mi papá como yo, colaboramos con el programa. Él nos brindó el espacio para presentarlo en el programa”, agradeció.
“Es un orgullo poder tener este premio, no solo por ser hecho en Barranquilla, sino porque representa lo mejor del periodismo deportivo del país. Para mi familia es un orgullo, mi papá ha ganado dos premios nacionales Simón Bolívar, el premio Ciudad de Manizales y el Vida y Obra otorgado por la Alcaldía de Manizales. Ahora este premio lo quiero compartir con mis papás y con mi hijo Nicolás, entregarle ese trofeo es un orgullo inmenso”, cerró.